13 de marzo de 2014

Como el lobo ama al cordero…


Y una vez realizada la conquista, una vez alcanzado el objeto, ¿qué se ha ganado? Nada seguramente, si no es haberse liberado del sufrimiento, de algún deseo, de haber alcanzado el estado que uno tenía antes de la aparición del deseo.

He aquí, joven querido, las verdades que debes meditar sin cesar, no olvidando jamás que la ternura de un amante no es una afección benévola sino un apetito grosero que quiere saciarse, como el lobo ama al cordero…


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