En busca de refugio seguro, camino
entre los suburbios de la ciudad de la guerra sin fin. Entonces, una dorada
doncella con aroma de Edén y rostro de ángel, se acerca lentamente hasta mí y
exclama:
- “¡Hasta que apareciste!
Aunque te estás desmoronando por dentro… estoy segura
que esto será para mejor”
Le interrumpo diciendo:
- “Aquella noche lluviosa cuando entraste a mi fortín,
¿fue algo casual o no?”
Me dice:
- ¿Olvidas
que soy la elegida del palacio sin rival? Sabes que no es ni fue coincidencia”
Pero yo insisto:
- “Me parece haberte visto antes. Tu mirada es
similar a la de una mujer que conocí, pero ella era sólo un sueño”
Me pide que le hable acerca de
ella pero insólitamente no logro recordar. Es como si nunca hubiera sido verdad.
- ¡El sueño! – es mi grito desesperado - ¡Ayúdame a recordar
el sueño!
Me mira sorprendida y guarda
silencio. Entonces le pido:
- ¿Lo harás para mí?
Ella, dulcemente me responde:
- “Por ti y para ti, ya hice lo que debía hacer”
Luego, con sus ojos de seda acaricia
mi pálido rostro y dice:
- “¿Qué haces aquí?
Mirando al suelo y con voz pausada,
le contesto:
- “Yo… yo deseo ser olvidado… Sí,
prefiero ser olvidado...”
Ella, sonriendo, pregunta:
- ¿Por
quién?
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